miércoles, 13 de abril de 2011

Quiero agradecerle la entrada anterior a la señorita de la foto, porque hoy (o algún día de estos) hace dos años que la conocí y siempre me ayuda y me apoya aunque no esté de acuerdo conmigo. Porque es ella la de las conversaciones subrrealistas, la de las tonterias, de risas y de conversaciones de besugos. Es una suerte que la haya tenido durante dos años (casi, casi). Que ha estado en casi todos los momentos importantes, o, al menos, se los he contado. Me lo perdonó todo, las mentiras y los amigos. Por eso, gracias María.

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